El Colgante Encantado

El Colgante Encantado

Categorías : La magia de las joyas
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Sintiendo que mis pulmones me iban a estallar, que mi corazón desbocado iba a salirse por mi boca, seguí corriendo lo más rápido que pude. A mi mente llegaban los pensamientos más terribles, las ideas más descabelladas y eso me aceleró más aún. 

-Tenía que ser luna nueva, pensé.

No era capaz de ver a más de dos metros por delante de mí. Mi salvación... la linterna del móvil, que con mis movimientos se iba zarandeando al unísono.
El camino se estrechaba en algunos lugares y las piedras sueltas hacían que me tambalease de vez en cuando. Los castaños, los pinos, las encinas... habían desaparecido totalmente, sus siluetas se habían desvanecido frente a esa negrura absoluta, a esa oscuridad tenebrosa. Me tropecé con lo que parecía una roca con musgo o algo blando y gelatinoso sobre ella, fue entonces cuando escuché un sonido agudo, terrible, como de ultratumba a unos metros y, mis piernas, que hasta ese momento habían resistido con solemnidad, comenzaron a temblar. Me paré en seco, miré alrededor sin darme cuenta de señalar con la linterna y lo vi todo negro, sentí cómo una ola de sudor frío recorría todo mi cuerpo, me quedé quieta, temblando, escuchando, intentando pasar desapercibida ante la fauna y la flora del entorno. Fue en ese momento cuando lo sentí, un frío glacial con una densa humedad se apoderaron del lugar donde me encontraba, la roca con la que había tropezado se iluminó y su tenue resplandor me dejó ver lo que parecía un colgante con forma de mujer. Me mantuve quieta durante lo que creí una eternidad al sentir cómo algo pasaba a mi lado y rozaba mi hombro.

- Ohhh...Dios mío, Dios mío, me dije. Rezaré todos los días del año si me ayudas ahora. Oh!... universo, ayúdame. Pensé. Ohhh! ángeles celestiales, ¿Qué hago ahora?

El colgante que se mantenía sobre la roca comenzó a lanzar destellos de colores, entonces algo en mi interior me dijo que lo cogiera y mantuviese fuertemente entre mis manos, así lo hice. 

Era un colgante como de plástico, con un pequeño hilo dorado alrededor, con la silueta de una bella dama con sombrero en pico. Al instante sentí su fuerza, su calor entre mis manos, y todo alrededor se iluminó en un santiamén. En ese preciso momento salieron de entre los árboles mi marido y mis hijos con sus linternas y "vi la luz". 

- Mamá, ¿Pero dónde te habías metido? ¡Eres tú quien siempre nos ha dicho que no podemos meternos en el Bosque Encantado en noches de Luna Nueva! ¡No se ve nada! ¿Cómo has llegado hasta aquí?

Yo sin palabras, con lágrimas brotando en los ojos, sólo pensé en el colgante que tenía entre mis manos y me dije... Gracias, gracias, gracias. 

AUTOR: Miriam Cobreros de Joyas.tienda

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